Histórica. Una gesta como la que ha conseguido Luana Marton Kiss sólo se puede calificar con ese nombre. La taekwondista húngara del Hankuk TKD de Sanse, se ha proclamado Campeona del mundo en la categoría de -57kg con tan sólo 17 años en su primera participación en un mundial. Bakú, capital de Azerbaiyán, donde se está celebrando el mundial, será una ciudad siempre recordada por Luana.

Una chica corriente, que complementa su entrenamiento al más alto nivel con sus estudios en el Instituto Atenea de la localidad, ha conseguido deslumbrar al mundo con su logro. Desde pequeña lleva practicando taekwondo y, desde hace unos años, en el Hankuk. Ella, junto a su hermana gemela (Viviana Marton Kiss), decidieron mudarse desde Tenerife hasta Sanse solo para entrenar con los mejores y perseguir sus sueños de ser las mejores del mundo. Con tan solo 17 años, Luana ya lo ha conseguido.

Histórico también es lo que hace el Hankuk con sus deportistas: transforma personas en campeones. La escuela de taekwondo se ha convertido en una referencia mundial de este deporte y ha conseguido poner a Sanse en todos los mapas. La fábrica de campeonas, con su método de trabajo ya conocido como ‘Women Making History’, sigue haciendo historia y sacando el máximo rendimiento de sus atletas. Todo el equipo, su cuerpo técnico, fisioterapeutas y staff han formado una piña clave en los éxitos de todos sus deportistas.

Desde Diario de Sanse hemos podido hablar con la nueva campeona del mundo y su director técnico, Jesús Ramal.

Luana Marton posa con el oro junto al director técnico del Hankuk, Jesús Ramal

Pregunta: Enhorabuena Luana, has sorprendido a todo el mundo del taekwondo ¿cómo te sientes después de consagrarte como campeona del mundo?

Respuesta: Pues mira, yo he ido haciendo mi trabajo poco a poco, combate tras combate. Todos han sido muy duros. Me he sentido súper bien, muy fuerte y, haciendo mi trabajo, lo he conseguido. Muy contenta.

P: No sé si eres consciente de has sorprendido a todo el mundo del taekwondo, ¿Esperabas ser campeona del mundo?

R: Pues la verdad es que yo cada día lo pensaba porque mi objetivo era la medalla de oro. Todavía no me lo creo. A veces pienso, «¡pero si he ganado!». Estoy súper feliz. La mentalidad ha sido de ir a por la medalla de oro, pero sin pensar en cada combate en ello, solo en mi trabajo.

P: Es tu primer Campeonato del Mundo. No sé si sentiste una presión diferente a la de otros campeonatos.

R: No, no sentí ninguna presión. En realidad lo disfruté muchísimo. Cuando salíamos a la pista con la música yo a la pista intentaba relajarme para no ponerme muy nerviosa con la presión. No he tenido ninguna presión y lo he disfrutado mucho. Salió todo muy bien.

Luana Marton peleando en la final del mundial de Bakú

P: ¿Qué tal en este caso el cuerpo técnico, con Suvi Mikkonen como coach y con María Manrique como fisioterapeuta? ¿Cuáles han sido sus consejos?

R: Pues súper bien, Suvi siempre me ayuda muchísimo. María también lo hace. Han estado en cada momento y hemos estado todo el día juntas, disfrutando las tres con cada combate. En todo momento me decían lo que hacer. Hacíamos muy buen equipo, la verdad. Salió todo bien.

P: Hiciste una dedicatoria especial a Laura Rodríguez. ¿A quien agradeces y dedicas esta medalla?

R: Se lo dedico a todo el Hankuk, mi equipo, todos mis entrenadores como Álvaro, Saúl, Jesús… A todos los fisios Jorge, Nacho, María, Patri, porque me han ayudado en todo momento, cada semana están ahí para ayudarme y apoyarme. La dedicatoria es hacia Laura porque está lesionada y le dije que si ganaba el mundial le iba a dedicar la victoria haciendo la ‘L’.

P: Esta semana también compiten tu hermana (Viviana Marton) y tu compañera Adriana Cerezo.

 

R: Sí. Yo las voy a apoyar muchísimo con cualquier cosa que les haga falta y que necesiten. Voy a estar aquí para ayudarlas en el día que compitan para que puedan estar al máximo y a gusto. Estoy muy motivada para ayudar y que puedan conseguir lo mismo que hice yo ayer, que es ganar la medalla de oro. Voy a por todas con ellas para que puedan conseguirlo.

Por su parte, el director técnico del Hankuk, Jesús Ramal, se ha mostrado emocionado por la medalla de Luana. Ha querido destacar la dedicatoria de Luana a su compañera Laura Rodríguez: «no sabía nada y se me cayeron las lágrimas al verlo».

Entrevista previa al mundial

Por otro lado, ha querido destacar que Luana lo tenía muy claro, que ya mencionó en una entrevista previa que su objetivo iba a ganar y «que iba a sorprender al mundo». Una de las claves que ha resaltado Ramal ha sido «el buen ambiente que hay en el equipo y el apoyo de unas con otras, además del equipo humano alrededor, desde fisioterapeutas hasta entrenadores».

De este modo, la familia del Hankuk sigue ampliando su palmarés y continúa demostrando que el trabajo con diversión e ilusión es clave. Cada miembro del club es un engranaje importante de una maquinaria preparada para que los deportistas como Luana Marton brillen cuando el mundo les está mirando. Una vez más, han demostrado a todo el planeta de lo que son capaces.

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