La asociación DigniMujer realiza este sábado, como cada primer fin de semana de mes, una concentración en contra de los asesinatos machistas. Lo hará en los alrededores de la estación de Cercanías de San Sebastián de los Reyes.

Foto: Dignimujer

Reproducimos íntegramente el manifiesto que se va a leer:

Este mes en el congreso se ha debatido por parte de algunos grupos políticos, la manera de vestir de algunas ministras:

Las mujeres hemos luchado por años por nuestros derechos y por la igualdad de género. En nuestra lucha por la igualdad, las concentraciones feministas han sido un espacio importante para hacer escuchar nuestras voces y exigir nuestros derechos.

Sin embargo, a menudo somos criticadas y juzgadas por cómo vestimos. Se nos dice que no estamos vistiendo lo suficientemente «femeninas» o que estamos vistiendo de manera «provocativa». Estas críticas no solo son injustas, sino que van en contra de los valores mismos que estamos luchando por defender.

La libertad de vestimenta es un derecho fundamental y debe ser respetado. No deberíamos tener que ajustar nuestra vestimenta para cumplir con las expectativas de otros. Cada mujer tiene derecho a vestir como le plazca, sin importar su talla, su edad, su raza o su orientación sexual.

Además, es importante recordar que el feminismo no se trata de dictar cómo las mujeres deben vestir o comportarse. El feminismo es una lucha por la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos básicos.

Las críticas hacia la forma en que las mujeres se visten son un reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos, donde se espera que las mujeres se vistan de cierta manera para ser consideradas «respetables» o «dignas».

Por lo tanto, pedimos que se respete la libertad de vestimenta y se deje de juzgar y criticar a las mujeres por cómo eligen vestirse. En lugar de centrarnos en la apariencia de las mujeres, debemos centrarnos en las luchas que están llevando a cabo y trabajar juntas para lograr la igualdad de género y los derechos humanos para todas las personas.

Las críticas y juicios hacia la forma en que las mujeres se visten no solo son una forma de
controlar a las mujeres, sino que también perpetúan la idea de que la apariencia física de las
personas es más importante que su mensaje y sus luchas. Se nos dice que nuestra ropa es una forma de provocar y llamar la atención innecesariamente, pero ¿acaso no es nuestro mensaje lo que realmente debería importar?

 

Además, la idea de que la vestimenta de una mujer determina su valor y dignidad como ser humano es profundamente problemática. La ropa no debería ser una forma de juzgar a las mujeres, ni de limitar su libertad y autonomía. La ropa que una mujer elige usar no debería ser un factor en la forma en que se le trata o se le percibe en una concentración feminista o en cualquier otro lugar.

En cambio, deberíamos centrarnos en el verdadero propósito de las concentraciones feministas:
luchar por nuestros derechos y exigir la igualdad de género. Esto significa apoyar a todas las mujeres, independientemente de cómo se vistan, y respetar su derecho a expresarse libremente sin temor a la crítica o al juicio.

En última instancia, las críticas hacia la forma en que las mujeres se visten son un recordatorio de que todavía queda mucho por hacer en nuestra lucha por la igualdad de género. Debemos seguir trabajando juntas para cambiar la cultura que nos dice que las mujeres solo son valiosas si se ajustan a ciertos estereotipos de belleza y comportamiento. Solo entonces podremos lograr una sociedad verdaderamente igualitaria y libre de prejuicios.

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