Juan Luis Valenzuela, periodista, se presenta su segunda edición «La factura de la democracia» donde relata casos extremos de la represión franquista en Andalucía desde 1936.

Hay muchos libros que hablan del franquismo, ¿qué es lo que le distingue a “La factura de la democracia: de la guerra civil y la represión de la dictadura al franquismo sociológico actual en Andalucía” con respecto al resto? ¿cuál es el factor diferencial?

Ahora se empieza a recuperar la historia y también se falsea. ¿Que puede diferenciarse? Bueno, es un libro de historia escrito por un periodista y está hecho con un lenguaje periodístico, con un ritmo periodístico a través de relatos cortos en los que se muestra la realidad de los casos más lacerantes de la represión de la dictadura. Y en otros, pues se intenta explicar cómo se falsea la historia, como hay movimientos negacionistas organizado que no solamente afecta a España, sino que es un fenómeno mundial. Y yo creo que es fundamentalmente eso, el estilo periodístico narrativo.

Hablas en el libro de la posverdad y el intento de reescribir falsamente la historia, algo que fíjate que, volviéndolo, trayendo al presente, parece que eso no se ha terminado de ir, ¿no?

No, yo creo que es un fenómeno que está empezando. Eso ocurrió con Trump, las teorías y con las redes se fue extendiendo. Aunque antes ocurría con Le Pen en Francia y se acabó extendiendo a toda Europa. Yo diría que es una especie de internacional de negacionismo, de la creación de relato y de marco falso, todo muy vinculado a la extrema derecha mundial.  Y no son planteamientos teóricos, sino amenazas prácticas que recientemente hemos observado como el intento de asalto al Capitolio de Estados Unidos, el intento de golpe de Estado en Brasil, la detención de un grupo de extrema derecha alemán con armas, el déficit democrático del sistema en Hungría y en Castilla-León con un vicepresidente ignominioso. Es una amenaza que en su momento empezó siendo amenaza, pero ahora es una realidad. Parte del libro lo dedico a explicar que en España tenemos una herencia que lo denomino “franquismo sociológico” y que hace que determinados comportamientos vayan en la línea de esa herencia franquista que tenemos.

Fíjate que mirando un poco el libro y un poco la historia de nuestro país actual, sobre todo, a los más jóvenes que igual no andan tan puestos en la historia como pueden estar otras generaciones que han vivido más. Este es un libro indicado para ellos, para que vean el franquismo como lo que es, ¿no?

Sí. Yo lo he escrito pensando, sobre todo, en esa generación que se cree ese relato. Por ejemplo, la guerra Civil fue una pelea entre abuelos, o que el franquismo en los 40 es algo que hay que olvidar porque fue un periodo plácido de la historia, como dijo algún representante de la derecha, y que no hubo represión. O que la República generó un caos que obligó a un alzamiento nacional cuando en realidad en esa época y en todos los países europeos no había tal caos, y no hubo un alzamiento, sino que hubo un golpe de Estado típicamente fascista. Un golpe que, por cierto, fracasó ese 18 de julio, y eso derivó en una guerra que no fue una pelea entre abuelos, sino fue la prolongación de la política. En ese sentido, de la política del golpe de Estado y que derivó en exilio, en cárceles, en fusilamiento y en muchísimos muertos. Un país que está pagando unas facturas todavía que, afortunadamente, con la nueva ley de Memoria Democrática empieza a pagar esa factura y a saldar esa deuda.

Siguiendo con la pedagogía, en el caso de Sanse, la Asociación Comisión de la Verdad está haciendo unos hechos o unos simbolismos bastante importantes. Lo último que hemos visto es que el centro de Mayores ha dado el nombre a un alcalde republicano. Son pequeños gestos, pero que también ayudan un poco a simbolizar lo que es la historia de España, ¿no?

Bueno, lo del centro de mayores es un gesto importante, pero muy importante. Yo creo que la Comisión de la Verdad, y lo he dicho en muchas ocasiones, de San Sebastián de los Reyes, es una entidad modélica y ejemplar. La política memorialista que se está siguiendo, pensando en esa colaboración recíproca entre la Comisión de la Verdad y el Ayuntamiento, es una referencia en la Comunidad de Madrid. Y creo que toda esa gente es símbolo de toda la actividad. Toda la Comisión de la Verdad crean conciencia y, sobre todo, en esa generación que hablábamos antes. Yo tengo que felicitar a la Comisión de la Verdad y a sus activistas porque están haciendo un trabajo de verdad y ejemplar.

Leyendo una entrevista tuya dices que las mujeres eran las grandes olvidadas del franquismo. Yo creo que cuando se habla de franquismo se mira a todas las personas por igual. No se hace distinción entre hombres y mujeres e igual debería haber que hacerlo, ¿no?

Mira, hay un hecho que todos tenemos en la mente. Cuando hablamos de la de la guerra pensamos en un soldado que va al frente. Cuando hablamos de la dictadura y de la represión, pensamos en hombres que estuvieron en las cárceles y, sin embargo, no pensamos que fueron muchas las mujeres que también estuvieron en campos de concentración y en cárceles. Incluso, fueron muchos las mujeres que se fusilaron por el hecho de ser madres, abuelas, hijas de republicanos o de personas con ideas distintas a los sublevados. Hay ejemplos como la cárcel de Córdoba o la cárcel de Málaga, en donde se intentaba con las teorías de Vallejo-Nágera, extraer un gen republicano y se basó en parte y escenario de la película de Benito Zambrano, de la novela de “La Voz Dormida”. La mujer que, además, las detenían, la apalizaban, le obligaba a ver sangre, la rapaban como un símbolo contra la feminidad, le daban paseos para reírse de ella o le hacían mechones para colgar una banderita. Cada semana las llamaban al cuartelillo en los pueblos para saber dónde estaban sus maridos o su hijo. Es un elemento importante para estudiar, porque, por ejemplo, en el exilio hubo casos de muchas mujeres, como Maria Zambrano, pero hay otras muchas olvidadas.

Hay que ir a México y ver en el Museo Nacional una gran exposición permanente de Remedios Varo, una mujer que tuvo que exiliarse y que es la Dalí del surrealismo. Una mujer que yo animo a que veáis la página web de Remedios Varo. Muchas estuvieron en el exilio, en la cárcel, en la dictadura o en los fusilamientos. En concreto, hay un caso que yo cuento en Almería de una chavala, Encarnación Magaña, que la fusilaron con 20 años por luchar contra Hitler. Hay cosas ejemplares, aquí hablamos de las 13 Rosas de Madrid, pero en Andalucía están la 17 Rosas de Guillena y las 16 Rosas de Zufre. Una de ellas, su bisnieta, me decía que la fusilaron por leer simplemente, por la prensa republicana.

La mujer, para mí, es un capítulo importante en la historia del golpe, de la dictadura, la represión y el franquismo en general.

El próximo martes presentas el libro a la Biblioteca Central, en la Biblioteca Marcos Ana. ¿Qué se puede encontrar la gente que vaya a ver esa presentación? Además, imagino que entre las autoridades estará presente el alcalde de Sanse.

 

Sí. Narciso Romero, como alcalde, por un lado, y como amigo, va a estar ahí presente, igual que muchos miembros de la Corporación y de otras formaciones políticas que ya se han comprometido y tienen interés. La memoria democrática es algo que debería ser de todos, y hasta que no pase como Francia, Alemania o en Italia, donde la derecha condene la dictadura y el franquismo de manera clara y no se sienta heredero de los vencedores, la izquierda deberá seguir reivindicando la democracia. Pero yo anhelo el día en que seamos todos los que trabajamos en la memoria histórica y en memoria democrática.

Bueno, por último, que se le puede decir a formaciones como VOX en España que hacen discursos meramente cuestionables día tras día, ¿cómo se pueden combatir ese tipo de declaraciones desde la responsabilidad pública y desde los ciudadanos de a pie?

Pues desde la educación, decía Ángel Viñas, historiador y diplomático, en un libro que está presentando ahora. La memoria democrática de la historia real de España, las convicciones democráticas tienen que plasmarse mediante elementos educacionales de la historia reciente de España que todavía no está totalmente integrada en los planes de estudio. La nueva Ley de Memoria Democrática habla de eso y lo va a implementar. Yo creo que educación, formación y verdad son fundamentales en la construcción de una sociedad democrática y justa. 

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