Muchas personas han sufrido un gran impacto económico a causa del coronavirus. Este impacto económico, a algunas de ellas, les ha provocado un cambio tan radical que han perdido la estabilidad de su vida. Mucha gente no se espera que en algún momento de su vida tenga que requerir de ayuda por parte de asociaciones u organizaciones para poder comer. Instituciones como Cáritas, Cruz Roja o propios comedores sociales se encargan de ayudar a personas con necesidades económicas. Por lo general, este tipo de personas son vulnerables y están en procesos de integración social. Sin embargo, la pandemia ha cambiado esta tendencia y ahora acuden personas que tenían una vida estable antes de esta. Una vida estable que se ha visto destruida a causa de la crisis generada por el coronavirus en la sociedad.

Comedor social de la Hermandad del Cristo de los Remedios

Algunos ejemplos de este cambio lo han vivido en el comedor social de la Hermandad del Cristo de los Remedios en San Sebastián de los Reyes. Su responsable cuenta como, por lo general, acuden las mismas personas que antes de la pandemia y que ya sufrían riesgo de exclusión social. Sin embargo, algunas de las nuevas personas que atienden, anteriormente, y hasta hace no mucho, tenían un trabajo y un techo donde vivir que se han visto truncados por la situación económica de la pandemia. De este modo, el comedor social de la hermandad, proporciona ayuda a cualquiera que sea derivado de Servicios Sociales, Cáritas o Cruz roja como ya Diario de Sanse comprobó en su anterior encuentro con el comedor social.

De tener una carrera y una casa a vivir en un coche

Una de las historias de las personas del comedor social es la de un hombre de unos 50 años de edad. Lógicamente, para proteger su privacidad, no se puede mostrar su nombre ni quién es. Este hombre, ha vivido una vida estable hasta hace no mucho. Se licenció en la universidad con una ingeniería. Después realizó un máster. También habla más de un idioma. Aparentemente, con este currículum uno piensa que la persona debe vivir una vida cómoda. Para nada. Tras trabajar años como ingeniero, acabó despedido y sin encontrar trabajo en lo suyo. Fue entonces cuando empezó a trabajar en una empresa de mensajería. No era el trabajo de sus sueños, pero le permitía seguir adelante. Lo peor llegó con la pandemia. Muchas empresas redujeron personal y, en este caso, este hombre fue víctima de esas reducciones de plantilla.

A día de hoy, las dificultades económicas y la falta de ingresos le han llevado a vivir en su coche. De vez en cuando consigue un trabajo puntual, pero que no sirve para devolver la estabilidad a su vida. Ante la falta de recursos, acude al comedor social de la Hermandad del Cristo de los Remedios. Allí puede comer y recibir alimentos suficientes como para saciar el hambre. Esta es una de las historias que se están repitiendo en la sociedad actual, pero hay más.

Una cocinera y un monitor de gimnasio en apuros

La hostelería es uno de los sectores que más perjudicados se han visto con la llegada del coronavirus a nuestra sociedad. La adaptación es difícil y ha costado muchos puestos de trabajo. Al comedor social de la Hermandad del Cristo de los Remedios, ha llegado hace poco una cocinera que ha perdido su empleo. Antes de la pandemia llegar a fin de mes no era fácil, pero podía hacerlo sin necesitar ayuda. Ahora, sin empleo, es una víctima más del virus que necesita ayuda para comer y recibir alimentos.

Por otro lado, no es la única que tenía un trabajo fijo. Otro caso es el de un monitor de gimnasio. Algunos gimnasios han tenido que cerrar por la falta de clientela. El miedo entre las personas a contagiarse y las dificultades de tener protocolos tan estrictos en los gimnasios ha sido uno de los motivos de cierre. El cierre va acompañado de despidos como el del hombre de la historia actual. Sin trabajo y sin opciones de encontrarlo, recibe una ayuda económica que le proporciona lo justo para poder pagarse una habitación. También necesita ayuda para comer y el comedor social le ha acogido con los brazos abiertos.

 

Estas historias, son solo una representación de las miles que se han dado en toda España con la pandemia. El comedor social de la Hermandad del Cristo de los Remedios recibe cada semana a más personas con historias como estas. Como su responsable dice: «todo el que quiera ayudar en esta situación es bienvenido».

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