Se cumplen ya 3 meses desde que San Sebastián de los Reyes fue confinado con restricciones de movilidad. Estas restricciones impiden que los ciudadanos de la localidad no puedan salir del municipio y que nadie pueda entrar en él salvo en casos excepcionales y justificados. El caso es que la localidad vecina de Alcobendas lleva ya dos semanas desconfinada y Sanse continúa dentro de estas restricciones. El agobio y la fatiga entre los vecinos es notable. Mañana anuncian si la ciudad sigue o no confinada y los vecinos confían en que las restricciones se acaben.

Este estrés y esta fatiga no es casualidad. Diario de Sanse ha podido hablar con una psicóloga de un centro de la ciudad. Esta no ha querido mostrar su nombre, pero si las claves por las que los residentes tengan problemas de estrés y fatiga. La psicóloga P. B. ve normal este estrés en algunas personas. «Si después de un confinamiento domiciliario, te obligan a estar 3 meses sin salir de tu ciudad, el estrés y la fatiga son lógicos», ha expresado.

La fatiga viene de lejos y, es que, tras meses confinados en un domicilio la fatiga se acumula. Esta fatiga, según P. B., «no ha podido ser eliminada porque no ha habido un espacio de tiempo suficiente». La falta de espacio entre confinamiento y restricciones ha originado un aumento de consultas en su caso relacionadas con estas restricciones. «Algunos pacientes han acudido porque tienen un estrés que les supera por el agobio de no tener la libertad necesaria», ha expresado P. B.

Consulta de Psicólogo

Por otro lado, la experta en psicología, ha querido referirse a las restricciones como una barrera psicológica. Una barrera que, a pesar de que se pueda salir a la calle, impide salir en cualquier momento de la ciudad. Este hecho «limita mucho el horizonte de algunas personas y les lleva a creer que están encerrada». También, asegura que detrás de esa fatiga se encuentra el estrés y la incertidumbre que genera el no saber cuando Sanse tendrá esa «libertad» sin restricciones.

Las soluciones que la psicóloga propone no solventan el problema, pero si ayuda a sobrellevarlo. «La paciencia es clave y el estar activos mantiene la mente distraída provocando así un escape mental y liberatorio». Por otro lado, la sobreinformación u obsesión con las restricciones es otro de los problemas que lleva al estrés. Según P. B., esta sobreinformación produce una mayor ansiedad y obsesión el querer que las restricciones lleguen a su fin. Con ello, afirma, únicamente se gana preocupación y estrés sin que las restricciones vayan a cambiar.

Lo que queda claro de todo esto es que las restricciones están pasando factura mentalmente hablando. La psicóloga ha observado como sus consultas se han visto aumentadas en relación al estrés pandémico. Por ello, los vecinos de Sanse esperan con ansia que pronto esas restricciones sean por fin levantadas.

 

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