El próximo 7 de octubre el SATSE Madrid hace un llamamiento a una huelga indefinida con casi 30.000 profesionales de Enfermería, Enfermería Especialista y Fisioterapia de Atención Primaria, Atención Hospitalaria, SUMMA 112 y residencias públicas del AMAS.

En esta manifestación exigen más Centro de Salud, mayor plantilla en enfermería, estabilidad laboralla nula creación de nuevos puestos de trabajo que se traducen en largas listas de espera, abandono de muchas de nuestras tareas como profesionales (atención a crónicos, educación para la salud, etc.) que se traduce en que nos veamos imposibilitados a ofrecer una atención de calidad a los madrileños” explican, ya que en reiteras oportunidad han realizado la petición a la Comunidad de Madrid del aumento de personal sanitario.

“Huelga que ya no podía esperar más, tras años de desplantes de las Administraciones públicas que ignoran reiteradamente las demandas de las profesionales de Enfermería y Fisioterapia y que perjudican gravemente la salud de nuestros vecinos. Con esta huelga exigimos un Respeto que se nos niega como profesionales y que se deje de maltratar a los madrileños a los que atendemos”, explican desde SATSE Madrid.

“Estamos hartos de soportar plantillas exiguas, que se nos niegue la posibilidad de conciliar, de no poder cuidar de nuestros hijos o de tener que encadenar contratos (algunos de horas de duración) que nos impide una mínima estabilidad en el empleo ya no como profesionales sino también como personas”, explica Teresa Galindo Rubio, Secretaria General de SATSE Madrid.

“Necesitamos Centros de Salud que funcionen, que den respuesta a nuestros crónicos y, también, a aquellos que pueden padecer la Covid-19. No podemos permitir dejar morir a miles de madrileños simplemente porque no se les atiende o se demora días los cuidados que están reclamando. Hoy muchos fallecidos son por Covid, mañana lo serán porque sus patologías crónicas no han sido atendidas como debieran”, denuncia Teresa Galindo.

 

La tercera ola de la Covid llegará, antes o después, y la sanidad madrileña no está preparada para ella. Si llega nos va a pillar con enfermeras desmotivadas, cansadas o que, simplemente, han abandonado la profesión o se han ido a otras regiones donde las tratan mejor. Al final, como siempre, los ciudadanos y no nuestros responsables políticos serán los que lo sufrirán.

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