Begoña Izquierdo, Presidenta de la Asociación Dar Vida, es una persona discapacitada que necesita ir acompañada las 24 horas de un perro de asistencia. En 2010 le detectaron un tumor cerebral y desde entonces se ve obligada a no separarse de su amigo. Una circunstancia que alguna gente parece no entender.

Begoña con su perro (foto: asociación dar vida)

Hace unos días acudió con su padre a una consulta del médico en el Hospital Infanta Sofía de Sanse y asegura que «no me dejaron acceder con el perro, incumpliendo con ello la ley, aún enseñando el certificado de perro de asistencia». Hay que decir que la Ley 2/2015 de 10 de marzo, de acceso al Entorno con Personas con Discapacidad que Precisan el Acompañamiento de Perros de asistencia, en su artículo 1.1 dice lo siguiente:

«La presente ley tiene por objeto regular el reconocimiento de la condición de perro de asistencia y establecer los derechos y obligaciones de sus usuarios, con los que formarán una unidad de vinculación, de forma que se garantice a las personas con discapacidad el derecho de acceso al entorno en el ámbito territorial de la Comunidad de Madrid cuando vayan acompañadas de perros de asistencia».

«Hay mucho desconocimiento sobre el tema, ya que hay quien se piensa que solo llevan un perro las personas ciegas», asegura. Además que esto se podría paliar con «campañas de concienciación y visibilidad», afirma.

 

Según ha podido preguntar Diario de Sanse a Salud Madrid, desde el organismo «lamentan profundamente el error porque los trabajadores están informados de esta ley. Pedimos disculpas y no volverá a suceder».

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