Con el confinamiento ciudadano, salir a comprar a los supermercados se ha convertido en un peligro para la salud pública porque sigue habiendo mucha gente y se convierte en un foco futuros contagios. Desde Diario de Sanse hemos hablado con dos personas que trabajan en grandes supermercados de Sanse y Alcobendas y nos han trasmitido su miedo por la situación que se está viviendo. Por confidencialidad reservaremos los nombres de estas dos personas, pero no podemos dejar de transmitir su mensaje.

Foto Supermercado sábado por la mañana

“Hasta el sábado, las familias iban a comprar con los niños como si fuese una atracción. Ahora sí que se ve más respeto, pero aun así hay gente que va todos los días a comprar y casi pasean por la tienda. Tenemos miedo porque la semana pasada estábamos trabajando sin guantes ni mascarilla, hemos estado muy cerca de miles de personas y por los periodos de incubación, podemos ser portadores del virus y estar contagiándolo de forma silenciosa”. Así de contundente es la opinión de una cajera de supermercado hoy martes 17 de marzo.

Otra trabajadora nos decía que “hemos estado muy expuestos y seguimos estándolo porque no se nos dio materiales. Ahora sí tenemos pero hemos pasado muchos días en los que se decía que no era obligatorio para los supermercados usar mascarillas y guantes. Algunos compañeros lo traían guantes de sus casas, pero casi nadie usó mascarillas porque no daba buena imagen. Las ventas la semana pasada se multiplicaron y cuando pedíamos más protección nos decían que por ley no estaban obligados. Siento que los trabajadores de los hospitales han estado más protegidos que nosotros. Además, no entiendo cómo se ha dejado pagar en metálico porque los billetes son peligrosísimos. Yo cojo 20 euros con guante, pero me los ha dado una persona que no sabemos si tiene el virus o no. Ese billete lo entrego después a otra persona distinta y sólo han pasado 10 0 15 minutos. Es una barbaridad”

En ambos casos nos cuentan que la actitud de la gente es muy buena ahora, pero con los supermercados abiertos, el proceso de expansión del virus es muy difícil de controlar. “Yo estoy segura de que muchos de mis compañeros o yo misma lo hemos podido coger porque la semana pasada fue una locura. Si no nos hacen test a todos los trabajadores de supermercados estamos arriesgando la salud de todos nosotros. Si me preguntan a mí, yo cerraría también las tiendas y hacer compra on line durante estos días de forma excepcional”.

 

Desde una oficina de una entidad bancaria de Sanse nos contaban que “este fin de semana nos dijeron que seguramente se cerrarían casi todas las oficinas, pero al final se ha abierto porque la competencia también lo hacía. Me parece fatal pero es lo que hay. Yo pediría a la gente que se quede en casa. El viernes, cuando ya todo estaba desbordándose, tuvimos dos casos en la oficina de gente que venía a pedir precios de hipotecas aprovechando que “tengo el día libre”. Así no vamos a ningún lado pero la decisión de cerrar es del banco y de los políticos”.

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