Ángela Millán, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, ha comunicado públicamente que le ha sido diagnosticado un cáncer de mama en estadio dos. La edil ha iniciado ya un tratamiento en la sanidad pública, aunque ha señalado que el diagnóstico se produjo tras realizarse una prueba en un centro privado debido a la falta de respuesta del sistema público.
Según ha explicado Millán, hace más de seis meses su médica de atención primaria solicitó una prueba diagnóstica tras detectar ciertos indicios durante una consulta. Sin embargo, no fue citada para dicha prueba y, pese a presentar reclamaciones, no obtuvo respuesta. Ante la ausencia de solución, decidió acudir a la sanidad privada para realizarse la prueba por su cuenta.
La concejala ha manifestado que es consciente de que poder costearse esta prueba es un privilegio, pero ha expresado su preocupación por aquellas personas que no pueden permitírselo y que, por tanto, corren el riesgo de recibir un diagnóstico tardío. En este contexto, ha denunciado el «grave deterioro» que sufre la sanidad pública madrileña y ha señalado que cerca de 800 mujeres están en lista de espera para realizarse una mamografía en el Hospital Infanta Sofía, su centro de referencia.
A pesar de las críticas al sistema, Millán ha destacado la profesionalidad y humanidad del personal sanitario del Hospital Infanta Sofía, agradeciendo su atención durante el tratamiento. Asimismo, ha expresado su agradecimiento por el apoyo recibido por parte de su entorno personal, compañeros de partido y otros grupos políticos municipales, incluyendo al equipo de gobierno y la alcaldesa.
Comunicado íntegro
Queridas vecinas y vecinos,
Quiero compartir una noticia personal importante y difícil para mí, y deseo hacerlo con la misma honestidad y transparencia con la que he intentado ejercer mi labor pública desde el primer día que llegué a las instituciones hace ahora 2 años.
Hace un mes me diagnosticaron un cáncer de mama en estadio dos. Afortunadamente, ya he iniciado un plan de tratamiento en la sanidad pública, que como muchas personas saben, puede ser duro y que, en mi caso particular, dejará visibles efectos secundarios en los próximos días. No es fácil enfrentar un diagnóstico así, pero estoy tranquila, rodeada de las excelentes profesionales médicas y enfermeras del servicio de Oncología del Hospital Infanta Sofía: profesionales de un sistema sanitario público que debemos seguir defendiendo. Estoy también acompañada y arropada por el cariño y apoyo de mi familia, amigos de mi red personal, y el apoyo incondicional de mis compañeras y compañeros de Más Madrid.
Pero quiero contaros también la otra parte de esta historia, y que muchas personas conocen porque también la han vivido igual que yo, y me hacen sentir el deber de poner voz, en primera persona, a quienes no siempre son escuchadas, de quienes dicen que no existen, que no existimos. El camino hasta tener el diagnóstico no ha sido fácil, ni sencillo. Hace más de seis meses, tras detectar ciertos indicios durante una consulta en mi centro de salud, mi médica solicitó una prueba diagnóstica. Sin embargo, debido al grave deterioro que sufre la sanidad pública madrileña —consecuencia del proceso de desmantelamiento promovido por el Gobierno de la Comunidad de Madrid—, nunca llegué a ser citada. Pese a presentar reclamaciones, no obtuve respuesta, y durante meses no hubo ningún horizonte de solución. Ante la incertidumbre y la preocupación, me vi obligada a acudir a la sanidad privada para realizarme la prueba por mi cuenta. Sabemos desde hace tiempo que casi 800 mujeres están en lista de espera en nuestro hospital de referencia para realizarse una mamografía, a las que hay que sumar el resto de las personas que esperan para realizarse pruebas diagnósticas de las que depende su salud, y algunas veces su vida.
Soy consciente de que es un privilegio haberme podido permitir pagar esta prueba fundamental, pero me siento profundamente indignada también, porque las personas que esperamos para esas pruebas corremos el riesgo de ser diagnosticadas tarde; puede que haya quien aún tenga solución y ese “tarde” no sea definitivo. ¿Pero y quien no se pueda pagar la prueba?
El Partido Popular de la señora Ayuso sabe muy bien cómo hacer política con estas cosas; por eso, antes las críticas a su gestión en materia sanitaria acusan de manera falsa y tramposa de insultar y faltar al respeto a los trabajadores sanitarios, los mismos a los que ellos maltratan sistemáticamente. Nosotras no nos vamos a cansar nunca de destacar el buen trabajo, la humanidad y la profesionalidad de todas las trabajadoras del Hospital Infanta Sofía en este caso, y extensivamente de toda la sanidad madrileña que, a pesar de la gestión de la Comunidad de Madrid, consiguen levantar a pulso nuestro sistema de salud. Gracias a cada una de ellas por su atención, su compromiso, y por hacer tanto, aun en condiciones muy difíciles. Porque una vez que estás en sus manos, todo funciona de manera admirable, y eficaz.
Pero conseguir acceder a estas profesionales que nos cuidan no es fácil, porque las decisiones sobre cómo se gestiona ese acceso, quién llega y quién no, no las toman las profesionales sanitarias, sino que son decisiones políticas, y el PP de la Comunidad de Madrid decidió hace mucho tiempo que su modelo sanitario se basa en el “sálvese quien pueda, quien tenga”. Este modelo de sociedad que recorta la sanidad, la educación o el cuidado de las personas mayores no es un error ni una casualidad: es un plan premeditado, consciente y voluntario. Y cuesta vidas.
Mi compromiso con nuestra ciudad como concejala de la oposición sigue siendo firme, hoy más si cabe, y continuaré trabajando por Sanse, aunque durante este tiempo pueda necesitar ajustar mi ritmo y prioridades, para cuidar de mi salud. Y puede que haya momentos en los que necesite parar, descansar, o delegar tareas. Quiero hacer una mención especial a todas y todos los trabajadores del Ayuntamiento de Sanse, de los que he recibido un trato excelente. Esto incluye también a todos los grupos políticos de nuestro municipio, que han antepuesto el trato humano por encima de todo. Esa humanidad ha sido destacable en el caso del equipo de gobierno y su Alcaldesa, haciendo más fáciles estos momentos.
Seguiré trabajando con responsabilidad y dedicación, y lo haré como hasta ahora: con la convicción de quien cree profundamente en lo colectivo y en el apoyo mutuo, y sin hacer ninguna concesión a quienes nos lo quieren arrebatar todo. Este proceso me une aún más a tantas mujeres y hombres, que viven o han vivido esta enfermedad, y cualquier dificultad añadida a las ya complicadas condiciones de la clase trabajadora. Por ellas, por mí y por todas, seguiré defendiendo una ciudad más justa, más solidaria y humana, hasta las últimas consecuencias. Gracias por el cariño, respeto y la comprensión que estoy recibiendo. Nos seguiremos encontrando en las calles, en los barrios y en los espacios donde se construye un Sanse más justo, un Sanse que cuida y atiende a lo que de verdad importa.