Llegan las Navidades, tiempo de encuentro, de balance y también de deseos. Desde aquí queremos felicitar las fiestas a todos los vecinos y vecinas de San Sebastián de los Reyes, deseando salud, tranquilidad y un futuro mejor para quienes hacen ciudad cada día. Aunque, visto lo visto, en Sanse también deberíamos pedir otra cosa: que el próximo año venga con menos propaganda y más gestión. Porque 2025 termina y el balance es claro: mucho brillo, poco contenido y demasiadas promesas vacías.
Este ha sido el año del marketing político elevado a política municipal. La alcaldesa Lucía Fernández se ha aficionado a realizar anuncios solemnes, fotos inaugurales, actos “históricos”… y, cuando uno baja del cartel publicitario a la calle, la realidad es bastante menos glamurosa. Barrios abandonados, aceras sucias, hojas acumuladas durante meses, farolas apagadas y vecinos que sienten, cada día más, que viven en un Sanse de segunda mientras otros disfrutan del escaparate.
Si hay un ejemplo perfecto de este modelo de gestión es la vivienda. El Plan Vive, vendido como la gran solución, ha resultado ser un magnífico ejercicio de ironía involuntaria: viviendas “asequibles” con precios inasumibles, requisitos imposibles, subidas de alquiler y anuncios en portales inmobiliarios de lujo. Sí, de lujo. Porque si algo ha quedado claro este año es que para el PP la vivienda pública es para quien pueda pagarla… y para quien no, paciencia. Por si fuera poco, el Ayuntamiento decidió regalar tres parcelas municipales — propiedad de la EMSV— a la Comunidad de Madrid con una prisa sospechosa y un expediente frágil. ¿El resultado? Casi un año después, las parcelas siguen igual. Suelo público paralizado, cero viviendas y una oportunidad perdida por una mala gestión que ahora nadie quiere explicar.
Mientras tanto, los servicios públicos hacen lo que pueden. La Policía Local ha trabajado este año con medios insuficientes: chalecos antibalas caducados, ropa de invierno que no llega, material escaso. Todo muy coherente en una ciudad donde sí hay dinero para macroeventos, luces, escenarios y cantantes exprés (como olvidar la sorpresa del encendido de luces en el que se pagaron 18 mil euros a David Bustamante por 10 minutos), pero no para garantizar la seguridad y dignidad de quienes nos protegen a diario.
La limpieza es otro de esos grandes éxitos silenciosos del año: silenciosos porque brilla por su ausencia. Da igual el mes, da igual el barrio: hojas, suciedad y abandono constantes. Pero tranquilos, siempre hay una nota de prensa anunciando contratos “récord”. El problema es que el récord parece ser en no exigir que se cumplan.
Y así transcurre la vida en este Sanse de decorado: inauguraciones a medias, proyectos sin terminar, anuncios sin explicar de dónde viene el dinero y una ciudad que funciona más por inercia que por dirección política. Mucha foto, poco mantenimiento. Mucho discurso, poca autocrítica.
En estas fechas tan señaladas, deseamos de corazón unas felices fiestas a nuestros vecinos y vecinas. Pero también deseamos algo más sencillo y, a la vez, más ambicioso: que 2026 sea el año en que San Sebastián de los Reyes deje de ser un escaparate y vuelva a ser una ciudad pensada para quienes viven en ella. Porque la Navidad pasa, las luces se apagan… y los problemas, si no se gestionan, se quedan








